¡Hola gastrónomos!
Una de las cosas que más gracia me hace es la reacción de la gente cuando les digo que soy crítico gastronómico. El 99’9% dice «madre, cualquiera te invita a cenar a casa» y yo pienso «sí tu supieras».
Adoro comer en el sofá, generalmente guarrindongadas que me invento, y soy la más feliz del mundo con un bocadillo de jamón york y queso, sí, Philadelphia, ese que sé que no se puede considerar ni queso pero al que reconozco ser adicta. Y el yogur de Danone y sin azúcar.
Es que por mucho que por mi trabajo conozca productos y entre ellos muchos de altísima calidad y aunque muchos piensen que siempre como de mantel y menús degustación de 20 platos, no hay cosa que más me guste que improvisar, que comer cualquier pijada con las manos, que a mi también se me va la mano con la sal cuando estoy despistada y se me queman las cosas cuando no estoy a lo que se celebra .
Así que en resumen: cuando voy a casa de alguien, obviamente, no ejerzo de especialista. Disfruto de lo bueno de la mesa: socializar y me olvido de todo lo demás. Así que si estas dudando en invitarme a cenar ¡hazlo!
¡Feliz fin de semana!
Fotos: Fausto Garcia